domingo, 23 de septiembre de 2007

Las relaciones entre la sociedad y el árbol, un tema conflictivo




LOS LAURELES QUE SUPIMOS DESTRUIR


Durante décadas, los magníficos ejemplares de Nerium oleander acompañaron nuestro tránsito a la playa a través de la Avenida 75. Su fortaleza, su floración generosísima y prolongada nos hacían olvidar que a poca distancia soplaba un viento implacable y abrasivo. Quién alguna vez ha plantado, sabrá lo difícil que es arraigar un ejmplar en esas condiciones.El talento de quien pensó en los laureles para ornamentar esa arteria, fue recompensado con creces por esos árboles que hoy, INEXPLICABLEMENTE, yacen cual despojos, frente a una mirada indiferente y a un silencio...cómplice.La imágenes quizá nos sugieran un final menos indigno para nuestros amigos los árboles y el inicio de un reencuentro con nuestra condición de CIUDADANOS.